Porque el crecimiento no puede ser infinito, sino que debe seguir un ciclo, como todos los seres vivos. La iluminación debe florecer plenamente y luego encontrar el equilibrio.
— Dhar-Enpa Rahng —
Describir el camino del monje es una tarea desafiante. Es algo similar a explicar las sensaciones del amor o el miedo a alguien que nunca las ha experimentado. ¿Cómo pueden comprender lo que no han sentido? Lo mismo ocurre con el camino del monje; para comprenderlo realmente, uno debe experimentarlo en primera persona.
A pesar de los desafíos, nos esforzamos por ofrecer un vistazo al enigmático reino de esta nueva vocación.
Comencemos explorando un poco de su historia.
Durante siglos, los monjes de los Merudri vivieron en el Valle Azul, enclavado en lo alto de las montañas brumosas de una isla aislada. Sus vidas, marcadas por la dificultad y la lucha, estaban dedicadas a la búsqueda de la sabiduría y la iluminación. Un mentor dedicado, llamado Enpa, entrenaba a generaciones para preservar su cultura y proteger tanto a los suyos como al reino de Tibia. Sin embargo, su población disminuyó debido a una guerra perpetua contra antiguos invasores, lo que culminó con el cierre de una grieta entre sus mundos. En el proceso, el Enpa de ese momento, Gaan, alcanzó un estado de iluminación poderoso pero peligroso, Sempi-Enpa, sacrificándose para expulsar a los invasores, pero fracturando su alma en el intento.
Esta victoria tuvo un gran costo. Para reponer sus filas, los monjes de la menguante comunidad Merudri comenzaron a reclutar forasteros de Dawnport. A medida que los reclutas avanzaban en su entrenamiento, se les otorgaba acceso a más áreas dentro del Valle Azul. Además, algunos elegidos viajaban de incógnito por Tibia, siguiendo el Camino Triple para estudiar el mundo exterior. Estos peregrinos rara vez luchaban o se asentaban fuera del valle, centrándose en el aprendizaje y la documentación. Erigieron santuarios ocultos en todo el mundo, que cada iniciado debe visitar al menos una vez en su vida. Este viaje conlleva dificultades y pruebas, donde los buscadores deben viajar disfrazados y tienen prohibido robar o matar sin provocación. Sirve tanto como una iniciación como una guía de vida.
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Forjada en un pasado marcado por el destino, una poderosa doctrina ha surgido.
El número tres tiene un papel significativo en las costumbres, habilidades y cultura de los monjes. Representa los elementos de la serenidad y la totalidad: armonía, iluminación y poder. Estos elementos están simbolizados por un triángulo con un círculo en el centro, indicando plenitud y serenidad. Esta cifra también define el ya mencionado Camino Triple, donde cada santuario representa uno de los tres elementos. Los monjes reflexionan sobre ellos y entonan mantras personales, enfocando así su energía única.
Como puedes ver, los monjes son una vocación completamente distinta a cualquier otra conocida. Su extenso entrenamiento mental ha llevado a algunos a alcanzar niveles de serenidad tan profundos que han trascendido la existencia física por completo. Y, por supuesto, también han desarrollado poderosos hechizos y habilidades de combate.
En términos simples: es extremadamente difícil hacer que un monje estoico pierda la calma. Sin embargo, cuando se requiere acción, el monje puede transformarse en un artista marcial formidable, cuyas habilidades pueden resultar extraordinariamente útiles.
Naturalmente, este artículo solo comienza a explorar la fascinante historia de los monjes. Nuestra próxima serie de Insight proporcionará aún más información en las próximas semanas, pero para comprender realmente su profundidad, deberás experimentar por ti mismo la mística figura del monje.
Que cada uno de ustedes prospere en su viaje único.
¡Iluminación para todos!